La obra tiene poco texto  –casi todo es acción– por lo cual es recomendable para los espectadores más pequeños. A veces los niños cuando van al teatro y no hay títeres se decepcionan, en El Circo es todo lo contrario: hay marionetas para todos los gustos.

El Circo es el clásico de la compañía Marionetas de la Esquina, puesto que ha sido su primera obra y sus títeres tienen más de 45 años, cuenta Lourdes Pérez Gay, directora de esta proeza. El montaje asombroso es el reflejo fiel del dominio y de la destreza de los cinco titiriteros. La técnica con hilos es la más complicada de todas y ya casi no se usa en México, justo por eso la compañía se esfuerza en mantener viva esta tradición.

La mayoría de los acróbatas tiene que ser manipulada por dos personas al mismo tiempo, tarea dificilísima que se puede observar gracias a la decisión de no esconder a los titiriteros tras la carpa, sino sacarlos y acercarlos al público. Mientras que los adultos se fijan probablemente más en el manejo de los hilos, los niños quedan totalmente atrapados por los movimientos de los títeres, como si fueran seres vivos.

De por sí ir al circo es una actividad emocionante y divertida para toda la familia y en este circo de marionetas no es diferente. El maestro de escenario (Emiliano Leyva) dirige la palabra directamente a los espectadores más jóvenes, los involucra de tal manera que los convierte en participantes activos del espectáculo. ¡Para el show sus aplausos son indispensables!

Los primeros en pisar la pasarela son cuatro músicos con instrumentos de viento. La orquesta es animadora; los titiriteros al igual que los pequeños músicos marchan al compás y danzan una  coreografía. Los espectadores aplauden con entusiasmo; el comienzo es prometedor. Un payaso encima de una monorrueda abre el programa del medio día. Como si no fuera lo suficientemente complicado, se le vendan los ojos. Sus torpezas y choques accidentales provocan risas. Afortunadamente el titiritero mantiene los ojos abiertos y resuelve el malabar: la marioneta atraviesa a ciegas un balancín y se merece un enorme aplauso. El hombre de las fuerzas se llama Ursus y es la primera marioneta cuya manipulación se ve al descubierto. Amaranta Leyva y Jonathan Daí logran juntos mover las pesas entre las manos y los pies del hombre musculoso. Uno de los números más asombrosos es, sin duda, el de la equilibrista. Ariadna se mueve con la levedad de una bailarina, abre las piernas y las desliza sobre la cuerda. La precisión con la cual trabajan la equilibrista y sus dos animadores es doblemente impresionante.

Para no adelantar todas las sorpresas del espectáculo es preferible detenerse aquí. Mientras en el circo real los animales están prohibidos, la ventaja de la ficción es que aquí pueden seguir actuando. La aparición del león amaestrado y de las cuatro focas fueron quizás los momentos más excitantes para mi hija de tres años. También el payaso Gervasio, capaz de balancear una silla en su nariz, le pareció gracioso. La obra tiene poco texto  –casi todo es acción– por lo cual es recomendable para los espectadores más pequeños. A veces los niños cuando van al teatro y no hay títeres se decepcionan, en El Circo es todo lo contrario: hay marionetas para todos los gustos.

Desde mi punto de vista, la obra debería ser obligatoria para cada aspirante a titiritero, pues ha sido modelo e inspiración para muchas otras compañías que trabajan en la actualidad con títeres. Se trata de un gran gimnasio tanto para los títeres como para sus titiriteros y, sin duda, ambos son artistas que merecen estar en un circo. Los sesenta minutos de la función pasan volando. ¡Es un espectáculo emocionante en todos los sentidos!

Actualización: hay funciones en línea disponibles a través de la plataforma Zoom, hasta el 16 de febrero de 2021. Boletos en $100 y $200, adquiérelos haciendo click aquí.

Proyecto de Marionetas de la Esquina

Dirección: Lourdes Pérez Gay

Elenco: Emiliano Leyva, Amaranta Leyva, Humberto Camacho, Jonathan Daí y Guillermina Pérez.

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