Graciela Iturbide es una fotógrafa mexicana nacida en Ciudad de México en 1942; quien recientemente fue galardonada por el Premio Mundial Sony 2021 por sus aportes a la fotografía.
La mayor de trece hermanos, hijos de una familia de clase media-alta de origen español; mostró interés en las artes a temprana edad y contempló dedicarse a la literatura. Inició su carrera en un momento considerado “tardío”: a los 27 años de edad y siendo madre de tres hijos.
Ingresó al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM en 1969 para formarse en cine. Es aquí dónde conoce al fotógrafo y docente Manuel Álvarez Bravo; quien la motivaría a adentrarse en la fotografía como disciplina artística, mientras Graciela desempeñaba como asistente de este destacado cinefotógrafo.
Álvarez Bravo también sería la influencia que marcaría la pauta del tiempo presente en la obra fotográfica de Iturbide, quien le aconsejó: “Graciela, no hay que apurarse, hay tiempo. No se apure para exponer, hay que trabajar mucho.”
A lo largo de casi cuatro décadas, Graciela Iturbide ha producido un cuerpo de obra muy abundante; dónde se percibe la dedicación, paciencia y entrega al re-conocimiento de su entorno.
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México a través de la mirada de Graciela
Entre la obra de Graciela Iturbide, destacan sus trabajos con comunidades de pueblos originarios de México. En 1979, viaja a Juchitán Oaxaca, invitada por el artista zapoteco Francisco Toledo. Hasta el año 1988, la fotógrafa retrató la vida cotidiana de las mujeres de esta región; estos registros se compilarían en el libro publicado en en 1989: Juchitán de las mujeres.
De esta serie se desprende la fotografía titulada Nuestra señora de las iguanas; la cual se considera una de las obras más icónicas de Iturbide.
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En 1978, Iturbide fue comisionada por el Instituto Nacional Indigenista; para documentar a las poblaciones indígenas de México. El resultado de este trabajo se encuentra en el libro Los que viven en la arena: donde retrató a la etnia comcaac de la costa de Sonora; enfocándose en el rol de las mujeres y el vasto territorio que rodea a esta comunidad.
Destaca su fotografía titulada Mujer ángel, la cual Iturbide ha descrito como “un regalo del desierto” y que capturó casi por casualidad.
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La visión particular y la sensibilidad artística de Graciela nos permiten asomarnos a mundos que nos rodean, pero que no siempre nos atrevemos a mirar. También nos invitan a ser testigos del paso del tiempo de los espacios y comunidades que ha retratado; es este valor documental lo que ha contribuido al reconocimiento de la obra de esta fotógrafa.
Con información de Milenio; Cartier-Bresson no es un reloj; sitio oficial de Gabriela Iturbide y “Biografía. Vida (y muertes) de Graciela Iturbide”, de Carlos Martín García
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