Me encontré con Monica Hoth de casualidad en La Titería en diciembre de 2017. Las dos íbamos a asistir a la función de Caracol y colibrí dirigida por Alicia Martínez Álvarez, por cierto, otra gran creadora del teatro infantil mexicano y especialista en el uso y la fabricación de máscaras. Aproveché la espera para hacerle algunas preguntas sobre su carrera y sobre la historia del teatro mexicano. Posteriormente le pedí que me hablara con más detalle sobre lo que me mencionó aquel día. La autora de Martina y los Hombres Pájaro, nacida en la Ciudad de México en 1958, es una fuente valiosa, pues convivió con las pioneras del teatro para niños. Trabajó varios años con Maribel Carrasco, conoció y estimó mucho a Perla Szuchmacher y no se olvida de la generosidad de Berta Hiriart.

We’re magazine: Estimada Mónica, para quiénes no sabemos mucho de tu carrera. ¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Cuáles fueron tus últimos proyectos teatrales?

Este año comenzó muy ocupado. Quijote vencedor de sí mismo acaba de terminar temprada en el Foro de las Artes de Cenart. Está en teatro escolar, se ha presentado en diversos foros de la CDMX, ha realizado giras por el interior del país y una versión traducida al inglés estuvo durante el otoño pasado en temporada de casi 100 funciones, en el Gilian Theatre de la ciudad Chicago. Escribí Quijote vencedor de sí mismo en co autoria con Claudio Valedes Kuri en el 2016 y se estrenó en el Cervantino de ese año.

Ahora, junto con Claudio, estamos trabajando una segunda dramaturgia. Se trata de otra obra que la Compañía Teatro de Ciertos Habitantes bajo la dirección del mismo Valdes Kuri estrenará en octubre próximo.

A la par estoy escribiendo el guíon de un cómic sobre la vida y obra de Igancio Ramírez El Nigromante, uno de los más grandes liberales que ha tenido México. Él pensaba que el ser humano es perfeccionable y hoy nadie recuerda. Es el que en 1835 afirmó: “No hay Dios, los seres de la naturaleza se sostienen en sí mismos” y desató furor; y que cien años más tarde, Diego Rivera retratría en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, y que también desató polémicas y censuras. El comic será ilustrado por José Luis Pescador, que un talentosísimo ilustrador de León, Gto. Estará dirigido al público jóven.

Junto con el comic estoy escribiendo un par de mico dramaturgias para un programa llamado El Nigromante. Microteatro en el patio de tu escuela, que tiene como fin dar a conocer a este pensador entre los jóvenes de secundaria y preparatoria en San Miguel de Allende, ciudad donde nació.

Tanto el micro teatro como el cómic, se suman al programa de festejos de los 200 años del nacimiento de Igancio Ramírez, en San Miguel el Grande, ahora de Allende, Gto., que incluye además una pieza de arte contemporaneo a cargo del artista Rafael Lozáno Hemmer, una puesta en escena de Jesusa Rodríguez y un coloquio.

Aparte de estos proyectos, estoy trabajando una dramaturgia para teatro vertical, y en mis ratos libres estoy ideando un plan para controlar a los chapulines que no paran de comerse las hortalizas que siembro en mi traspatio….

We’re magazine: Escribiste una obra para niños llamada “Martina y los hombres pájaro” cuyo tema consistía en la migración hacia Estados Unidos. Se convirtió en una de las obras más representadas en Teatro escolar y dejó una huella significativa en el panorama del teatro infantil mexicano. ¿En qué te inspiraste para escribirla? ¿Cuándo y cómo se estrenó?

Desde hace 20 años vivo en San Miguel de Allende. Antes vivía en la Ciudad de México, de donde soy, y como todos, algo sabía del tema de la migración. Pero no la conocía de cerca. Hasta que me vine a vivir acá me enteré de que alrededor del 10 % de los inmigrantes mexicanos que van a Estados Unidos, son de Guanajuato, y que Guanajuato es el estado que se lleva las palmas a nivel nacional en cuanto a índices de abandono familiar por causas migratorias.

Cuando conocí de cerca esta realidad, me impactó profundamente y sumado a una historia familiar de abandono por la que estaba pasando un pariente cercano, dieron como resultado la obra de Martina y los Hombres Pájaro. La obra la escribí con el apoyo de una beca del Fonca en 2001- 2, y en el 2003 ganó el Premio Nacional de Literatura Obra de Teatro para Niños. En 2004 estrené la obra, usando títeres de sombras y de mesa, que realicé con un grupo alumnas de taller de títeres que tenía en el Centro Cultural El Nigromante. Eran una chilena, una japonesa y una regiomontana. Luego el montaje tuvo temporada en la Sala Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque. En el 2005 se publicó el texto en la colección El Mejor Teatro para Niños y desde entonces Martina y los Hombres Pájaro no ha dejado de estar presente en foros de todo el país, y ante una gran diversidad de públicos, cosa que me alegra mucho… Este año la obra estará en temporada de teatro escolar en Colima.

We’re magazine: Hay dos obras que me mencionaste como parteaguas para el teatro para niños en México. Una obra la trajo una compañía canadiense llamada “La Historia de la Oca” y otra es de Maribel Carrasco “El pozo de los mil demonios”. ¿Qué recuerdas de estos montajes? ¿En qué cambiaron tu manera de ver o hacer teatro infantil?

Si, La Historia de la Oca de Michel Marc Bouchard, vino en un Festival Internacional de la Ciudad de México a principios de los 90s. Es una obra que se ha montado otras veces en el país, pero cuando la vi por primera vez, me marcó. Nunca antes había visto nada que se pareciera a este tipo de teatro dirigido a un público infantil. Era algo nuevo, hermoso, poético y terrible. La historia de la violencia que se aprende en casa, contada con un titere y dos actores; el niño y el adulto, tratando de reconciliarse con su infancia. Y la escenografía era increíble. Les debo una disculpa porque no recuerdo el nombre del director, ni de los actores, ni del escenógrafo.

El Pozo de los mil demonios de Maribel Carrasco bajo la dirección de Luis Martín Solís, en la que tuve el gusto de participar como animadora de títeres y productora ejecutiva. Es la historia de la niña Jacinta que para recuperar su cántaro de agua que le ha robado el Chamuco brinca al pozo seco donde se encuentra con los seres que habitan el inframundo: el Jorobadito, las Alimañas, la Mujer Pájaro, los espíritus sedientos y otros personajes que han poblaron el imaginario de los niños de este país. Creo que lo que más me marcó de esta obra, aparte de la poesía y el humor del texto y la puesta en escena  rigurosa y creativa, es que habla desde la infancia mexicana. Esta puesta en escena fue emblemática en su tiempo. Estuvo cerca de un año en temporada en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM.

We’re magazine: Mencionaste que se puede correr un riesgo de abusar de los temas tabúes. ¿De qué les deberíamos hablar a los niños? ¿Cómo deberíamos envolver este pensamiento?

Desde hace un tiempo, dos o tres décadas atrás, el teatro para niños comenzó a abordar los llamados temas tabú: abuso sexual, trata de niños, niños soldados, sicarios, cuestiones de género, etc. Antes nadie había querido hablarles a los niños de esos temas y era importante que lo supieran, y sucedió que al hablar de los temas tabú, el teatro para niños se revolucionó. Como ningún otro género teatral ha evolucionado en las últimas décadas. Ganó un espacio de rigor, de verdad y de libertad de expresión por derecho propio.

Pero creo que hay abusos sobre esos temas y tratamientos inadecuados que dan como resultado lo que le pasó a mi pequeño sobrino Diego, quien tras ver una obra de teatro con temática “tabú” desarrolló un miedo espantoso a la oscuridad (y estaba en edad de verla). También creo que en la vida sí hay situaciones extremas, pero qué no es lo único que sucede, ni lo único que queremos transmitir.

Pienso que el arte es la única herramienta para lograr un cambio y a veces me pregunto: ¿por qué no intentamos recrearnos a nosotros mismos en una mejor versión? ¿Es hablar sobre bondad, ternura, dignidad,  empatía, voluntad, optimismo; sobre lo que aspiramos y sobre la travesía que tenemos que emprender para llegar allá trasgredir los cánones del arte teatral? ¿No es el arte trasgresor por naturaleza?

We’re magazine: Recuerdas algún montaje reciente de una obra infantil que te haya gustado especialmente. ¿Cuál y por qué? ¿Has observado alguna nueva tendencia?

Claro que hay nuevas tendencias, y  muchas propuestas de calidad. Hay varios montajes que he visto recientemente y que me han gustado mucho: Las bestias danzan o el sigiloso conjuro de lo salvaje, de La Liga, Teatro Elástico, es un espectáculo callejero, en el que por medio de figuras y artefactos diseñados por el artista visual Iker Vicente y su equipo, bajo la dirección escénica de Jacqueline Serafín, y con un muy buen trabajo de animación, recrean la manera de desenvolverse de una manada de lobos cuando están por cazar una presa.

Otra es Arka, de Miguel Ángel Gutierrez, de Luna Morena. Este espectáculo, también para calle, cuenta con unos titeres gigantes y una muy buena manipulación de los mismos, acompañados por una genial música original. El espectáculo nos conduce por una historia fantástica e inolvidable. Ambas son obras de gran formato, que generan experiencias estéticas de gran calidad en el público.

También la obra Elisapi y las auroras boreales, de la compañía canadiense Théâtre Motus. Espectáculo intimista para niños pequeños; lleno de sensaciones… Y Arrullos para Benjamin, de Hasam Diáz, porque es un texto cálido y sencillo, me gusta su emotividad. Y Duermen los peces del alemán Jens Raschke bajo la dirección de Aracelia Guerrero, que trata de una niña, sus papás y de su hermanito que se muere, y la aceptación de la muerte. Un tema por el que todos pasamos, pero muy bien tratado, en esta obra. Y sé que esto no se hace pero nuestro Quijote vencedor de sí mismo tambíen me gusta mucho….

We’re magazine: Muchas gracias, Monica Hoth, por compartir tu visión y tu experiencia.

Monica Hoth, dramaturga

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