Acá en la tierra existen seres muy raros que se comportan de la manera más extraña. Por ejemplo usan expresiones incomprensibles y hacen cosas que nos les gusta hacer como trabajar. Lolo (Assira Abbate) por eso muchas veces no entiende nada. Una de las cosas que más odia en la tierra es tener que hacer filas porque es cuando más “extraterrestre” se siente, pues l@ rechazan tanto en la fila de los niños como en la de las niñas. Un día conoce a Dolores (Vicky Araico), encargada de limpiar su escuela.

Con acento extranjero informa: “Cuando escucho música es como si estuviera en otro planeta.” Mientras Dolores está acostumbrada a ser “invisible” para una gran parte de la población (nadie quiere ver a los pobres), Lolo quisiera ser invisible porque no se siente a gusto en su cuerpo. Su madre terrícola (Mahalat Sánchez) intenta con mucha paciencia y amor que su hij@ no desaparezca. Le demuestra que también en esta tierra hay un lugar para alguien como él.

Los tres protagonistas salieron de la pluma del actor, director y dramaturgo Luis Eduardo Yee. Cuando la historia apenas comenzó a crecer en su cabeza la contó a la directora Rebeca Trejo la cual se enamoró de inmediato de la idea. Ella fue la que consiguió los estímulos tanto para filmar un corto como de Efiartes para crear el espectáculo. La producción de Paola M. Salguero y la Máquina del Tiempo Producciones (en colaboración con Teatronautas y Los Bocanegra) contribuyeron en buena medida a que el proyecto pudiera lucir en su grandeza.

La escenografía (diseño: Jesús Hernández) se compone de varias plataformas que juntas dan el aspecto de un planeta diferente o de una nave espacial, pero que representa a la vez la plataforma de juego de Lolo, la escuela y otros espacios más. Cada podio puede ser iluminado por un color diferente lo cual refuerza su aspecto futurista. En momentos la escenografía se divide en una zona azul y otra roja, como si el mundo estuviera partido en dos colores o en dos categorías muy claras: hombre/ mujer. ¿No existen más colores? ¿Realmente no hay nada en medio?

El personaje de Dolores y su interpretación de Vicky Araico aporta una gran comicidad a la puesta en escena. Se presenta con mucho corazón, cierta ingenuidad y, sobre todo, empatía por lo cual conecta de inmediato con el universo de Lolo. Los dos intercambian sus puntos de vista de manera horizontal y aprenden de los conocimientos del otro. Ambos son generosos: mientras Lolo comparte sus sándwiches, Dolores le introduce al mundo de la música y le regala un “walkman”. El puente está hecho.

La metáfora de ser un niño extraterrestre funciona increíblemente bien. Y lo genial de esta expresión es que no sólo aplica para un niño en búsqueda de su identidad, sino también para cualquier ser humano que piensa que no encaja bien en el mundo por el hecho de ser diferente. En la escena el juego de ser de otro planeta se refuerza a través del uso de una máscara tejida que logra cubrir toda la cabeza y, además, Assira Abbate hace un excelente trabajo actoral para ser a la vez, niño, niña y extraterrestre, pero sobre todo se muestra muy humana: vulnerable.

Lo que está muy bien resuelto (desde la dramaturgia y dirección) es que Lolo en sus monólogos se comunica a otros extraterrestres los cuales están situados en el público. Nos convertimos en su cómplice y quisiéramos ayudarle en su soledad y otredad. Y solo nos queda darle la razón: los seres humanos en efecto son muy extraños.

Es una obra escrita con mucha sensibilidad e inteligencia en la cual Luis Eduardo Yee apostó por el placer de la palabra hablada y la chispa entre los personajes. La edad recomendada es a partir de los 6 años y es quizás a partir de los 5 o 6 que los niños comienzan a disfrutar una obra tan dialogada. (En comparación con otras obras para niños hay bastante texto). La espléndida iluminación trae al espectador siempre de vuelta, lo sorprende. En resumen, la directora Rebeca Trejo logró un resultado escénico asombroso y fantástico. Apostó con corazón y razón por una temática muy actual y necesaria: muestra como para un niñ@ trans hoy hay muchos lugares y salidas.  

Acá en la tierra se encuentra actualmente en su segunda temporada en el Teatro Milán, sábados y domingos a las 13:00 hrs. hasta el 15 de diciembre.  


Fotos: cortesía de la producción

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