El día 23 de enero se localizaron 19 cadáveres calcinados dentro de vehículos en el poblado Santa Anita en el municipio Camargo, Tamaulipas. Testimonios de pobladores de la localidad apuntan al Cártel del Noreste como responsable del hecho.

Investigaciones arrojaron que las víctimas fueron asesinadas con arma de fuego en otra locación e incendiadas posteriormente en el lugar. Aunque sus identidades no se han confirmado, se cree que los cuerpos pertenecen a migrantes originarios de Guatemala que intentaban cruzar a Estados Unidos.

La Organización de las Naciones Unidas mostró preocupación y señaló una enorme similitud del caso con la masacre de San Fernando, la cual ocurrió también en el estado de Tamaulipas. Ejecutada por el cártel de los Zetas en agosto del año 2010, ultimó a 58 hombres y 14 mujeres migrantes originarios de Guatemala, Ecuador y Brasil.

La ONU exigió a México la correcta identificación de los restos y su digna restitución a sus familias. La Secretaría de Seguridad Pública anunció que ya se encuentran identificando a los cuerpos a través de pruebas de ADN.

La secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero respondió hoy en la conferencia matutina a los comentarios de la ONU. Negó que el hallazgo en Camargo “sea otro San Fernando” y asegura que para este caso “no existirá impunidad”.

Organizaciones como WOLA señalan que la violencia ejercida en contra de migrantes reflejan el poder del crimen organizado y la incapacidad del Estado mexicano para garantizar seguridad dentro dentro de su territorio.


Con información de Proceso y Reporte Índigo

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