¿Quién mayor culpa ha tenido, en este destino errado, el que explota a los tarados, o al que por tarado explotan; o quién es más de culpar, aunque cualquiera mal haga, el que peca por la paga, o el que paga el Only fans? Atenea
La manzana de la discordia logra ser una parodia que esconde en su interior una entretenida mezcla de heroísmo y drama que llevan al espectador con su tono paródico de la risa a la reflexión a partir de la recuperación de una obra clásica. Con un dispositivo escénico que recuerda piezas de rompecabezas tridimensionales, hilarantes juegos de lenguaje, gags televisivos y mucha música, todo en tonos sepia, logra una crítica contundente al tiempo que desperdicia el espectador en sus dispositivos móviles.
Inquieta por la relación de los seres humanos con sus momentos de ocio y esparcimiento, Casandra pretende profetizar una nueva decadencia mundial. Aquellos, dice la desaliñada sacerdotisa, están condenándose a sí mismos, toda vez que se autoexplotan —de la misma manera que su protector, Prometeo, lo está según el mito—, pues son herederos de dispositivos tecnológicos que los condenan a no mirar la realidad que existe más allá del hedonismo que supone la difundida por productos de comunicación masiva instantánea. Para lograr su entretenido relato, la sacerdotisa invoca algunos núcleos narrativos de la Ilíada a través de los cuales hace explotar de asombro y de risa a los espectadores a cada momento de la representación.
Sobre esa línea de desarrollo, la adaptación que realizan, en La manzana de la discordia del texto homérico Iona Weissberg y Aline De la Cruz, se desarrolla el lamento de Zeus, quien decepcionado, quiere devolver todo a Caos para restituir el orden. Son, entonces, Hera, Atenea y Afrodita, las cuales piden una oportunidad para la humanidad, reorganizando un certamen para saber quién de las tres es merecedora de la manzana. Haciendo énfasis en la necesidad de la recuperación de modelos heroicos antiguos, para transmitir la recuperación de una naturaleza humana más libre y menos dependiente de las tecnologías digitales y los contenidos que transmiten, la propuesta teatral recuerda el egoísmo a ultranza al que estamos sometidos en la actualidad.
La conjunción de la riqueza narrativa que posee el relato clásico se delinea, además, con el valioso trabajo de Rodrigo Murray, Artús Chávez, Christopher Aguilasocho, Fernando Córdova y Nohemí Espinosa, pues contribuyen con la realización de un ejercicio lúdico de travestismo para interpretar a Casandra, Hera, Atenea, Afrodita y Zeuz, al igual que a Paris, Héctor, Patroclo y Menelao. En su caracterización, las bromas, albures, juegos de ingenio y composiciones musicales hábilmente parodiadas, colocan al espectador en el centro de situaciones habituales, transmitidas en programas televisivos y redes sociales en los que destacan la inmediatez, sensacionalismo y el menosprecio que formulan sobre la inteligencia de sus espectadores.
La manzana de la discordia, por otro lado, se introduce hasta las habitaciones íntimas del espectador. Además de ser una composición que transporta el asunto del drama y el heroísmo del hacia los límites de una comedia ligera, el trabajo de iluminación, escenográfico y de vestuario abren una ventana de maravillas a los ojos. Haciendo posible la observación de espacios que, gracias su diseño de piezas de rompecabezas, se reacomodan entre los muros de las antiguas Grecia, Troya y el Olimpo, el campo de batalla e, incluso, sugiriendo la estancia de esparcimiento de quien observa, el dispositivo espectacular es un estímulo seductor para la imaginación.
Del 9 de junio al 2 de julio
y del 4 al 27 de agosto, 2022
jueves y viernes, 20 h | sábados 19 h | domingos, 18 h
¡Doble función!
Sábados 6, 13 y 20 de agosto
Domingos 7, 14 y 21 de agosto
12:30 h
Localidad general $150
Jueves de Teatro UNAM $30
50% de descuento a alumnos, maestros con credencial actualizada, exalumnos de la UNAM e INAPAM; no aplica los jueves.
