A modo de hoja de ruta, Teatro sin Paredes (TSP) coloca en circulación la segunda parte de su proyecto de antologar sus obras iniciado en 2013. Esta peculiar ocasión editorial da continuidad a un proceso detenido en 2019 y sugiere una revisión histórica y para la historia del teatro hasta la segunda mitad del 2022. Si se considera que Materiales para la escena (2018-2021) padeció el freno del claustro necesario; y que dos de las obras contenidas se vieron obligadas a dejar las tablas, entrarle a lectura de la segunda entrega se vuelve necesario.

El presente volumen, impreso en 2020 está integrado de tres obras: “Auxilio 68”, “Vórtice” y “Tártaro”. A diferencia del primer tomo, además de la patente en el título, éste entrega oro molido. Las tres obras que integran el tomo son ejemplo de las cualidades que el colectivo ha trabajo desde hace varios años. En relación con manejo del tiempo, espacio, creación de personajes y situaciones críticas, son ricas para los estudiosos del género literario teatral, los especialistas en el fenómeno espectacular y, sobre todo, para el público general. Las piezas proponen mensajes relacionados con realidades que someten a juicio la participación política del asistente a la lectura dentro y fuera de la ficción, y son muestra de estructuras dramáticas y espectaculares dinámicas, lo cual sugiere composiciones ricas y complejas.

Negando la textualidad, pero considerándola necesaria, Serge Pey, Sergio López Vigueras, Ángel Hernández y Jorge Maldonado; todos con amplia experiencia interdisciplinaria en lo relacionado con el fenómeno teatral, preceden sus composiciones con reflexiones que desnudan el estilo ágil, crudo y combativo que caracteriza el proyecto encabezado por David Psalmon y su grupo de colaboradores. Es decir, el lector no circula sólo entre las páginas de la antología. Gestación, administración de tiempo, toma de decisiones, trabajo y desgaste grupal quedan explícitos desde un principio de manera provocativa en los preliminares; y dentro de la línea ya planteada desde el manifiesto que caracteriza la labor conjunta de Teatro Sin Paredes. ¿Cuál es la última decisión, entonces, para la fijación textual que sigue el proyecto editorial?

Como quedó explícito en el primer volumen de la antología, la posibilidad de tomar una decisión sobre la estructura final queda abierta. Y no es que se trate de textos incompletos, episódicos en su construcción dramática o carentes de sentido. Por el contrario, el colectivo pretende despertar la imaginación del lector, quien deberá encontrar sus propias respuestas, puesto que las proporcionadas por los autores son una muestra de la experimentación y fijación de las experiencias en torno a su quehacer teatral. En este sentido, TSP apela a una imaginación activa, propositiva y, sobre todo, a una cuyos alcances responda a los detalles más pequeños que la lectura contiene o sugiere. La finalidad es tender todas las líneas posibles entre las creaciones poéticas y los asuntos sociales, políticos, filosóficos, tecnológicos y estéticos que éstas proponen sin miedo a perder el ritmo de cada representación textual.

El viaje de Materiales para la escena, bajo estas consideraciones, se centra en dialogar con el lector y a su vez con la tradición literaria que lo precede. Los temas y tópicos literarioas, así como el manejo audaz de mecanismos y estrategias dramáticas, logran el propósito de hacer visibles los elementos que articulan esas realidades y su proceso de aceptación en los imaginarios colectivos de nuestros días. Tales aspectos quedan claros en el uso de un lenguaje que pone en crisis los límites entre la prosa y la poesía. Con repercusiones significativas en el ritmo y la armonía del desarrollo de los asuntos, sin dejar de producir estados de asombro, deleite y reflexión.  

Rupturas y consecuencias de movimientos sociales, y propuestas estéticas gestadas en los años sesenta (“Auxilio 68…), innegables crisis medioambientales y contraste generacional entre distintas formas de pensamiento (“Vórtice”)1, así como un naturalismo desgarrador que caracteriza a la narcocultura (“Tártaro”)2 se recrean para mostrar, en buena medida, una mirada sobria y amarga que no pierde se cualidades lúdicas.

De lo particular a lo general, las tres composiciones exponen tanto la degradación del individuo como el resultado de relaciones humanas desprotegidas, ignoradas o manipuladas. Así, se vuelve notable la publicación de un teatro cargado de símbolos, que representa imaginarios colectivos vigentes, cargado de mensajes más que de instrucciones que distraigan la lectura, y de significados poéticos que se rechazan al mismo tiempo que se articulan para conformar universos y mensajes transgresores. Todo ello, huelga decir, planteado como advertencias que la ficción le devuelve al lector sobre las realidades referidas y de las que participa cotidianamente.

Finalmente, conviene mencionar que Materiales para la escena (2018-2021) de TSP destaca de otras entregas editoriales de teatro. El volumen queda a pocos pasos de mostrar una radiografía textual íntegra; y sin ser una edición crítica o genética del texto y su concreción escénica, coloca ante los ojos del lector todo lo que articula el aparato teatral de manera institucional. Otorgamiento de presupuestos, becas, políticas y convocatorias quedan sugeridas por su eficacia y, en ocasiones, colocadas bajo el reflector de la incertidumbre. Con todo, esperamos que este proyecto editorial siga incursionando en la entrega de ediciones impresas cada vez más limpias, con muestras paratextuales y parateatrales cada vez más refinadas, tanto como lo logran plasmar en sus espectáculos.   

1 “Vórtice” cuenta con un documental elaborado por el mismo proyecto y suspendió representaciones debido a la pandemia.
2 “Tártaro” circuló del 7 al 24 de julio de 2022.

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