Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla, fue detenido en la ciudad de Acapulco a principios de este mes. La ficha de aprehensión habría sido girada en su contra desde 2019, por responsabilidad en la tortura psicológica hacia la periodista Lydia Cacho; periodista y autora del libro “Los demonios del Edén“. Fue trasladado a Cancún, dónde El Juzgado Segundo de Distrito dictó auto de formal prisión en su contra por este hecho.
Lydia Cacho ha denunciado la violencia contra su persona desde su detención en 2005, después de que el empresario Kamel Nacif la acusara por difamación y calumnia tras los señalamientos de la periodista en su libro “Los demonios del Edén“. En dicha publicación, Cacho denuncia una red de pederastia y trata de menores; en la que estaría involucrado presuntamente Nacif, junto con el empresario Jean Succar Kuri y protegida por políticos como Mario Marín.
Poco después de la detención de Cacho, se hizo pública la grabación de una conversación entre Nacif y Marín. “Ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona”, expresó el exgobernador de Puebla después de la detención a la periodista.
El mismo tribunal de Quintana Roo que giró la orden de detención contra Marín, giró órdenes por su complicidad en la tortura a Lydia Cacho contra Nacif y Hugo Adolfo Karam Beltrán, ex director de la Policía Judicial de Puebla. Tanto Karam Beltrán como Kamel Nacif siguen prófugos de la justicia.
Mario Marín fue ingresado al Centro de Readaptación Social de Cancún, donde también se encuentran recluidos Jean Succar Kuri y Alejandro Rocha Laureano; este último excomandante de la Policía Judicial de Puebla y detenido también por la tortura contra la periodista.
Un antecedente con Olga Sánchez Cordero
Lydia Cacho declaró en entrevista con Carmen Aristegui que se sintió traicionada por la hoy secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. La funcionaria votó en 2007 por no sancionar a Mario Marín, considerando que no había pruebas suficientes para proceder contra el exgobernador.
Sánchez Cordero ofreció una disculpa pública a Lydia Cacho durante la conferencia matutina del 5 de febrero en Palacio Nacional; reconoció que se basaron en los parámetros de tortura de la Masacre de Aguas Blancas para determinar que no se cometió este delito contra la periodista.
Con información de El Universal, Milenio, Proceso, Mujeres en Red y Pie de Página
Ecxelente artículo
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