NFT son las siglas para “Non Fungible Tokens” (traducido como ficha no fungible); una serie de atributos digitales aplicados a productos de diversos medios. Aunque se tiene registro de que se usan y comercializan desde 2014; el 2020 vio el auge del coleccionismo de NFTs, junto con el uso de las criptomonedas.

Las criptomonedas como Bitcoin y Ethereum, funcionan con base a una tecnología llamada Blockchain. Sin embargo, así como el dinero físico; las criptomonedas son fungibles, es decir: se agotan con su uso, al ser intercambiados por bienes y servicios. Además, siempre tendrán cierto valor.

La peculiaridad de los NFT, es que estos artículos conllevan una firma digital que les hace únicos. No hay dos NFTs iguales, a toda transacción alrededor de uno de estos productos se le da un seguimiento a través de Blockchain. Aunque los NFT se pueden aplicar incluso a artículos físicos – como tenis de diseño – estos sellos virtuales han gozado de particular popularidad entre diversas expresiones de arte y entretenimiento digital; aplicándose a imágenes, GIFs, videos y música.

Con el advenimiento de las criptomonedas, llegó también un concepto de escasez de bienes en el mundo digital; abriendo paso a un mercado para el coleccionismo de arte digital y otorgando derechos de propiedad exclusivos a sus compradores.

Recientemente, una colección de arte NFT del artista digital Beeple, fue vendida por la casa de subastas Christie’s, por la exorbitante cantidad de 63 millones de dólares.

Dudas sobre el costo ambiental de los NFTs

Ante el auge de la producción de NFTs en las artes; también llega una reflexión respecto al impacto de su producción a nivel ambiental. Al empezar con un nicho que tenía pocos productores y compradores; no había tantas preguntas respecto al consumo de energía.

Las dudas respecto al impacto ambiental de las transacciones NFT a través de Blockchain, surgieron a partir de la experiencia del artista francés Joanie Lemercier; quién se percató que el uso de energía de su estudio aumentó considerablemente después de la venta de 6 piezas NFT.

A raíz de estas observaciones, el artista Memo Atken lanzó “cryptoart.wtf“: un sitio en dónde hacía un cálculo aproximado del nivel de energía usado para las transacciones de piezas al azar; como un modo de señalar el uso de energía de las plataformas y promover la transparencia en el uso de esta. El sitio tuvo que ser dado de baja; después que este se usara para acosar a artistas produciendo NFTs.

Aunque figuras como el presidente del mercado de arte digital SuperRare señalan que es erróneo comparar las emisiones generadas por Blockchain con emisiones de carbono; se ha abierto el debate ante el cómo se puede hacer uso de estas tecnologías de forma más eficiente y limpia en un futuro cercano.


Con información de Forbes, Decrypt y Wired

Ilustración de Portada: Beeple, vía Wikimedia Commons

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